Un nuevo proyecto en el Sahara reclama nuestra atención, si ya nos sorprendieron con la idea de producir energía termosolar en el Sahara y traerla a Europa, ahora Charlie Paton, Michael Pawlyn y Bill Watts, tres grandes científicos de empresas relacionadas con las energías renovables, la sostenibilidad y el medio ambiente presentaron hace unos días un proyecto que ha dejado boquiabierto al mundo: El bosque del Sahara.
La propuesta combinaría dos tecnologías innovadoras para producir un volumen de agua tal que permita cultivar cosechas, obtener un potencial energético de sol tal que permitiera suministrar electricidad a las ciudades de África y Europa y producir un biocombustible que no impactase en los suministros mundiales de alimentos. Casi nada.
Las tecnologías son la Planta de Concentración Solar (PCS) y los Invernaderos de Agua Salada (IAS), para producir energía renovable, agua y alimentos en un área desértica, como la del Desierto del Sahara.
Los Invernaderos de Agua Salada evaporarían agua de mar que se condensaría en agua dulce pulverizada para rocíar las plantas del interior del invernadero. Este proceso ayudaría a rervertir la tendencia desertificadora de los invernaderos industriales normales.
Por su parte las Planta de Concentración Solar recolectarían rayos solares mediante espejos redirigiéndolos a un depósito calentador de agua. El vapor producido de este modo mueve una turbina generando electricidad.
Utilizando conjuntamente las dos tecnologías en un emplazamiento ubicado en algún lugar del desierto del Sahara por debajo del nivel del mar, se llevaría a cabo el proyecto Bosque del Sahara siguiendo un esquema de ’seto’ de invernaderos que actuarían como protectores contra el viento y como refugio para las plantas de exterior. A lo largo del ’seto’ de invernaderos se colocarían las Plantas de Concentración Solar.
Los invernaderos al producir cinco veces más agua dulce del que necesitan las plantas del interior, podrían utilizar el agua sobrante para irrigar las huertas y la cosecha de Jatrophra, la cual se transformaría en biocombustible.
La propuesta combinaría dos tecnologías innovadoras para producir un volumen de agua tal que permita cultivar cosechas, obtener un potencial energético de sol tal que permitiera suministrar electricidad a las ciudades de África y Europa y producir un biocombustible que no impactase en los suministros mundiales de alimentos. Casi nada.
Las tecnologías son la Planta de Concentración Solar (PCS) y los Invernaderos de Agua Salada (IAS), para producir energía renovable, agua y alimentos en un área desértica, como la del Desierto del Sahara.
Los Invernaderos de Agua Salada evaporarían agua de mar que se condensaría en agua dulce pulverizada para rocíar las plantas del interior del invernadero. Este proceso ayudaría a rervertir la tendencia desertificadora de los invernaderos industriales normales.
Por su parte las Planta de Concentración Solar recolectarían rayos solares mediante espejos redirigiéndolos a un depósito calentador de agua. El vapor producido de este modo mueve una turbina generando electricidad.
Utilizando conjuntamente las dos tecnologías en un emplazamiento ubicado en algún lugar del desierto del Sahara por debajo del nivel del mar, se llevaría a cabo el proyecto Bosque del Sahara siguiendo un esquema de ’seto’ de invernaderos que actuarían como protectores contra el viento y como refugio para las plantas de exterior. A lo largo del ’seto’ de invernaderos se colocarían las Plantas de Concentración Solar.
Los invernaderos al producir cinco veces más agua dulce del que necesitan las plantas del interior, podrían utilizar el agua sobrante para irrigar las huertas y la cosecha de Jatrophra, la cual se transformaría en biocombustible.
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