Cuando se construye una nueva infraestructura, es necesario evaluar los posibles perjuicios que se causará al medio ambiente, e intentar evitarlos.
Este es el caso de la línea de alta velocidad París – Amsterdam, que para ser más rápida y económica, debía pasar por un bosque que forma parte de una reserva natural. Para minimizar la contaminación sonora de la zona, y que no fuera necesaria una gran tala de árboles alrededor de las vías para evitar que cayeran a estas, se ha decidido crear una estructura de 3,2km que lo aísle y lo proteja.
Pero por si esto no fuera poco, se han colocado 16.000 paneles solares capaces de dar la energía equivalente a alimentar todos los trenes de Bélgica un día al año. Y que además será suficiente para abastecer el 50% de la energía necesaria para la estación cercana de Antwerp.
Este es el caso de la línea de alta velocidad París – Amsterdam, que para ser más rápida y económica, debía pasar por un bosque que forma parte de una reserva natural. Para minimizar la contaminación sonora de la zona, y que no fuera necesaria una gran tala de árboles alrededor de las vías para evitar que cayeran a estas, se ha decidido crear una estructura de 3,2km que lo aísle y lo proteja.
Pero por si esto no fuera poco, se han colocado 16.000 paneles solares capaces de dar la energía equivalente a alimentar todos los trenes de Bélgica un día al año. Y que además será suficiente para abastecer el 50% de la energía necesaria para la estación cercana de Antwerp.
(Noticia publicada en desenchufados.net)
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