
Usamos fundamentalmente las plantas para comer. Hay más de 20,000 especies conocidas de plantas comestibles en el mundo y aún así, cada vez limitamos más la variedad de plantas de las que dependemos para comer, de hecho, menos de 20 especies de plantas proveen el 90% de nuestro alimento. Como consecuencia de este empobrecimiento, tenemos grandes áreas laborables dedicadas al cultivo de una sola especie y una dependencia cada vez mayor de fertilizantes químicos, insecticidas, fungicidas y herbicidas para lograr cosechas satisfactorias. Hay una amenaza constante por el desarrollo de nuevas enfermedades o de resistencia de los insectos a los químicos, que pueden causar desastrosas pérdidas en grandes concentraciones de un solo tipo de cultivo. Solo basta considerar la hambruna causada en Irlanda el siglo pasado por el tizón de la papa para imaginar la catástrofe potencial que amenazaría a regiones templadas y subtropicales del mundo si nuestros cultivos de trigo fueran devastados en esa forma.
Los cambios mundiales del clima pueden también causar grandes alteraciones en la agricultura. Podrían provocar que importantes regiones de cultivo, tales como el llamado granero del mundo en Norte América, por ejemplo, fuera incapaz de producir sus tradicionales cosechas. Por esto, se requiere urgentemente implementar una mayor diversificación de los cultivos, solo compare un área de cultivo de trigo con un área de bosque natural. El bosque no recibe ningún tratamiento químico, ni fertilizantes, ni fumigaciones y aún así, año tras año produce un desarrollo lozano de la flora, está vivo, con una amplia diversidad de plantas y animales, a diferencia del campo de trigo que puede mantener solo unas pocas especies. La calidad y profundidad del suelo son conservadas y aún mejoradas cada año en el bosque mientras que la erosión y la pérdida de estructura del suelo hacen los cultivos en el campo de trigo cada año más difíciles.
Los cambios mundiales del clima pueden también causar grandes alteraciones en la agricultura. Podrían provocar que importantes regiones de cultivo, tales como el llamado granero del mundo en Norte América, por ejemplo, fuera incapaz de producir sus tradicionales cosechas. Por esto, se requiere urgentemente implementar una mayor diversificación de los cultivos, solo compare un área de cultivo de trigo con un área de bosque natural. El bosque no recibe ningún tratamiento químico, ni fertilizantes, ni fumigaciones y aún así, año tras año produce un desarrollo lozano de la flora, está vivo, con una amplia diversidad de plantas y animales, a diferencia del campo de trigo que puede mantener solo unas pocas especies. La calidad y profundidad del suelo son conservadas y aún mejoradas cada año en el bosque mientras que la erosión y la pérdida de estructura del suelo hacen los cultivos en el campo de trigo cada año más difíciles.
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