El agua seca fue patentada en 1968, hasta ahora no se le había encontrado una aplicación práctica, pero ahora podría ser la solución al cambio climático.
Se trata de una sustancia que parece azucar, pero esta compuesta por un 95% de agua. Cada particula de agua seca contiene en su interior una gota de agua, rodeada de nanopartículas hidrofóbicas de sílice, que impide que se una a otras partículas. El resultado es un fino polvo que es capaz de absorber gases que se recombinan químicamente con el agua para formar hidratos.
Los químicos que estudian sus posibles usos creen que podría ser la solución para absorber y almacenar el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera. También es prometedora para iniciar de forma más eficiente las reacciones químicas utilizadas en la producción de centenares de productos de uso cotidiano y para transportar sustancias peligrosas, han explicado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química en Boston.
Una de las aplicaciones más recientemente experimentadas, con éxito, es para el almacenamiento de gases, en la Universidad de Liverpool bajo la dirección de Andrew Cooper. Un litro de gas metano se puede almacenar en unos seis gramos de polvo, a una temperatura no muy baja. Los investigadores piensan también en su utilidad para explotar depósitos de gas metano que estén dispersos o en forma de hidratos en el fondo del mar, aunque reconocen que todavía queda mucho trabajo de investigación por hacer y que el coste sería seguramente todavía un problema.
Se trata de una sustancia que parece azucar, pero esta compuesta por un 95% de agua. Cada particula de agua seca contiene en su interior una gota de agua, rodeada de nanopartículas hidrofóbicas de sílice, que impide que se una a otras partículas. El resultado es un fino polvo que es capaz de absorber gases que se recombinan químicamente con el agua para formar hidratos.
Los químicos que estudian sus posibles usos creen que podría ser la solución para absorber y almacenar el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera. También es prometedora para iniciar de forma más eficiente las reacciones químicas utilizadas en la producción de centenares de productos de uso cotidiano y para transportar sustancias peligrosas, han explicado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química en Boston.
Una de las aplicaciones más recientemente experimentadas, con éxito, es para el almacenamiento de gases, en la Universidad de Liverpool bajo la dirección de Andrew Cooper. Un litro de gas metano se puede almacenar en unos seis gramos de polvo, a una temperatura no muy baja. Los investigadores piensan también en su utilidad para explotar depósitos de gas metano que estén dispersos o en forma de hidratos en el fondo del mar, aunque reconocen que todavía queda mucho trabajo de investigación por hacer y que el coste sería seguramente todavía un problema.
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