/Existen dos cambios en nuestras costumbres alimenticias que ayudarían al cuidado del planeta. El primero está relacionado con una disminución en la dieta semanal de carne. El segundo se relaciona con la reducción del consumo de agua envasada en botellas de plástico. Ambos cambios podrían tener importantes consecuencias en el beneficio del medio ambiente.
La industria de agua embotellada consume millones de barriles de petróleo en la producción de los envases y además genera mucha polución en el transporte regional de estos productos.
Además muchas de las compañías de esta industria han comprado miles de manantiales alrededor del mundo, marginando a las comunidades locales de poder aprovechar estas fuentes de agua. Un claro ejemplo de ello es el producido por Coca Cola Company, la cual para abastecer su marca de agua en México y algunos países de Centroamérica, ha adquirido decenas de manantiales en el sureste mexicano, en los estados de Chiapas, Yucatán, y Quintana Roo.
Además de los problemas reportados anteriormente también tenemos el generado por las botellas de plástico desechadas que en su mayoría terminan en el océano Pacifico.
Con respecto al consumo de carne vacuna un estudio Forecasting potential global environmental costs of livestock production 2000-2050 indica que la humanidad, debido al aumento de la población mundial, deberá consumir entre el 19 y el 42% menos de carne vacuna para el año 2050.
Se estima que entre 1970 y 2010 los habitantes del mundo comen en promedio 8 kg más de carne per cápita.
El consumo de carne no es beneficioso para el medio ambiente debido a que genera más emisiones de gas y nitrógeno. Si sustituimos la carne por el consumo de vegetales o granos y sus derivados podemos reducir significativamente las emisiones nocivas para el medio ambiente.
Dos pequeños cambios en nuestros hábitos pueden generar grandes cambios al medio ambiente.
La industria de agua embotellada consume millones de barriles de petróleo en la producción de los envases y además genera mucha polución en el transporte regional de estos productos.
Además muchas de las compañías de esta industria han comprado miles de manantiales alrededor del mundo, marginando a las comunidades locales de poder aprovechar estas fuentes de agua. Un claro ejemplo de ello es el producido por Coca Cola Company, la cual para abastecer su marca de agua en México y algunos países de Centroamérica, ha adquirido decenas de manantiales en el sureste mexicano, en los estados de Chiapas, Yucatán, y Quintana Roo.
Además de los problemas reportados anteriormente también tenemos el generado por las botellas de plástico desechadas que en su mayoría terminan en el océano Pacifico.
Con respecto al consumo de carne vacuna un estudio Forecasting potential global environmental costs of livestock production 2000-2050 indica que la humanidad, debido al aumento de la población mundial, deberá consumir entre el 19 y el 42% menos de carne vacuna para el año 2050.
Se estima que entre 1970 y 2010 los habitantes del mundo comen en promedio 8 kg más de carne per cápita.
El consumo de carne no es beneficioso para el medio ambiente debido a que genera más emisiones de gas y nitrógeno. Si sustituimos la carne por el consumo de vegetales o granos y sus derivados podemos reducir significativamente las emisiones nocivas para el medio ambiente.
Dos pequeños cambios en nuestros hábitos pueden generar grandes cambios al medio ambiente.
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